
Josefina de la Torre Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria, en 1907. Desde muy niña comenzó a escribir poemas y aprendió a tocar el piano, el violín y la guitarra. También aprendió a cantar y a actuar en un pequeño teatrillo que había construido su abuelo en su casa de Las Canteras. Allí organizaba obras de teatro en las que participaban todos los miembros de la familia.
Josefina viajó a Madrid para terminar sus estudios como cantante y actriz. Al tiempo, se instaló en la capital para desarrollar su carrera literaria y artística. Allí conoció a otros escritores de la Generación del 27, convirtiéndose en una de las mujeres de dicha generación, también conocidas como “Las Sin Sombrero”. Tras el estallido de la Guerra Civil, regresó a Las Palmas y siguió escribiendo bajo el seudónimo Laura de Comminges, una serie de novelas amorosas. Una vez ha terminado la guerra regresó a Madrid, debutando en 1940 como primera actriz del Teatro Nacional María Guerrero. En 1946 fundó su propia compañía teatral “Compañía de Comedias Josefina de la Torre”. También trabajó en radio y colaboró en series de televisión.
Josefina de la Torre fue una mujer moderna, tal y como ella misma nos cuenta en la antología de Gerardo Diego: “Juego al tennis. Me encanta conducir mi auto, pero mi deporte predilecto es la natación”. Josefina rompió los estereotipos marcados para la época, ya que hacer deporte y conducir era exclusivo para hombres.
Al fallecer en 2002, la Academia española de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le rindió homenaje en la gala de los Premios Goya, en reconocimiento a su labor como actriz y, en 2007, se celebró el centenario de su nacimiento en su isla natal.
Grande Josefina por romper moldes y marcar la senda a las nuevas generaciones. ¡Gracias! 
